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Desde 2003, cuando fui introducido por primera vez al movimiento profético, he sido testigo tanto del impacto positivo de la voz de Dios en la vida de las personas como de las consecuencias negativas de la falsa profecía. A pesar de su poderosa capacidad para producir sanidad, restauración, liberación y cumplimiento del destino, he visto a muchos creyentes caer víctimas de falsos profetas y expresiones falsas producidas por practicas erróneas. La vulnerabilidad de estos creyentes, que a menudo tienen una fe débil (falta de conocimiento Bíblico), los hace susceptibles a la manipulación, el engaño y el control de los falsos profetas.

Las motivaciones detrás de este comportamiento de falsos profetas a menudo se centran en la riqueza, el poder y el control, ya que estos falsos profetas se aprovechan de los inocentes. La motivación detrás de las practicas erróneas que pueden producir falsa profecía es la ignorancia y falta de carácter en el ministro profético que no ha sido formado. Sin embargo, si se sabe qué buscar, es posible evitar caer en estas trampas y discernir entre los verdaderos y los falsos profetas y expresiones proféticas falsas o verdaderas. Lamentablemente, aunque se habla mucho de evaluar las profecías, se hace poco énfasis en discernir entre los verdaderos y los falsos profetas.

Es crucial hacer una distinción entre dos tipos de falsas profecías. El primer tipo se refiere a los falsos profetas que utilizan deliberadamente sus dones y gracias con fines dañinos, como el control, la manipulación y la explotación de los creyentes. El segundo tipo son las expresiones de prácticas equivocadas que pueden conducir a la falsa profecía, donde los líderes (o ministros proféticos) con una llamamiento genuino a una de las cinco gracias descritas en Efesios 4:11 no han recibido la formación adecuada y han adoptado erróneamente prácticas falsas en el ministerio profético dentro de la Iglesia. Mientras que este último caso puede resolverse con formación y una comprensión bíblica del verdadero ministerio profético, el primero es más difícil de manejar, ya que el individuo ha abrazado voluntariamente el engaño y ha abusado de sus dones y gracias. También, es posible que un ministro con un llamado genuino de Efesios 4:11 caiga en la trampa de ser falso profeta ya que se ha dado al engaño y cree que puede usar los dones para controlar y manipular a sus ovejas. Esto no lo digo livianamente, pero es necesario ya que hemos visto una mezcla en los tiempos que estamos viviendo.

Permítanme advertir, desde el principio, que lo que constituye un falso profeta o una falsa expresión es la práctica y el patrón de una tendencia consistente, no un error que puede ocurrir de vez en cuando, ya que Dios está utilizando vasos humanos para hacer su obra sobrenatural en nosotros y a través de nosotros. Sin embargo, discernir la diferencia entre lo verdadero y falso puede ser un desafío, pero es importante para mantener la integridad y la verdad en nuestra fe y en la Iglesia. Aquí hay algunos consejos para ayudarnos a discernir:

DOS FUNDAMENTOS INDISPENSABLES

1. La Palabra de Dios: La Biblia es la fuente principal de verdad y debe ser la base para evaluar cualquier mensaje profético. Si un mensaje va en contra de las Escrituras, es probable que sea falso. Las Escrituras son el fundamento para evaluar, corregir, instruir y formar nuestras vidas no solamente una profecía personal a travez de un profeta. (2 Timoteo 3:16-17)

2. El Espíritu Santo: Busca la guía del Espíritu Santo para ayudarte a evaluar un mensaje profético. Si un mensaje te da una sensación de paz o te confirma lo que ya sabes en tu corazón, es probable que sea verdadero. Por ejemplo, en Romanos 8:16 dice "El Espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de que somos hijos de Dios". El Espíritu Santo es el consolador y guía, y nos ayuda a distinguir la verdad de la mentira. (Juan 16:14, Romanos 8:14)

CUATRO CARACTERISTICAS IMPORTANTES DEL PROFETA

1. La vida del profeta: Un verdadero profeta debe vivir una vida que sea coherente con sus palabras y con los valores bíblicos. (Mateo 7:15-16, 1 Juan 4:1)

2. La motivación del profeta: Un verdadero profeta busca la gloria de Dios y no su propia gloria personal. Si un mensaje parece ser más acerca de la promoción del profeta que de la gloria de Dios, es probable que sea falso. (Juan 7:18, 2 Corintios 10:17-18)

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En el ámbito de la motivación, una bandera roja de que hay engaño es la siguiente:

Mensajes pasados como profecía para atar a la gente a un ministerio específico, lugar, persona, en un intento de controlarlos. Por supuesto que Dios puede hablar para confirmar si una persona debe permanecer en cierto lugar, iglesia, organización, negocio. Sin embargo, es una confirmación a través de alguien que no esta emocionalmente involucrado o sobre esa persona en una posición que puede estar controlándoles porque no quieren que se vayan. Esto es importante. Mi propio liderazgo ha practicado esto conmigo cada vez que he venido a ellos con una pregunta sobre una decisión importante. Ellos se han recusado y en su lugar han buscado traer voces proféticas maduras para confirmar o revelar cualquier cosa diferente sin su conocimiento previo de mis preguntas. En la area de consejería profética o toma de decisiones importantes que involucre profecía personal la imparcialidad es sumamente importante.

3. La humildad y la verificación: Un verdadero profeta debe ser humilde y estar dispuesto a permitir que otros verifiquen su mensaje. La Palabra de Dios es clara en cuanto a la importancia de probar todas las cosas y retener solo lo bueno (1 Tesalonicenses 5:20-21). Un profeta verdadero no tendrá nada que ocultar y estará dispuesto a recibir feedback y corrección. Además, un verdadero profeta debe dar testimonio con la Escritura y apoyar su mensaje con el carácter y maneras reveladas por Dios.

Un indicador claro de un profeta que actúa según el carácter y los principios revelados en las Escrituras es su humildad y su voluntad de permitir un proceso de confirmación de sus declaraciones proféticas. Comprenden y son conscientes de que son susceptibles de cometer errores. 

4. La comunión con el cuerpo de Cristo: Un verdadero profeta no debe alejarnos del cuerpo global de Cristo, sino que debe fortalecer y unirnos a ella. La Biblia enseña claramente que somos miembros de un cuerpo (1 Corintios 12:27) y que debemos vivir en comunión y amor los unos con los otros (Juan 13:34-35). Un profeta falso puede tratar de llevarnos a un grupo selectivo o aislado, pero un verdadero profeta nos invitará a participar activamente en la comunión del cuerpo de Cristo. La iglesia  (El Cuerpo de Cristo) es una fuente valiosa de sabiduría y discernimiento. Escucha a otros cristianos maduros y busca su opinión y consejo sobre un mensaje profético.

En resumen, discernir la verdad de un mensaje profético, ministro profético, o profeta requiere una combinación de sabiduría bíblica, discernimiento del Espíritu Santo, evaluación cuidadosa y consejo de la Iglesia de Cristo. Siempre debemos buscar la verdad y estar atentos a cualquier intento de manipulación.

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